La cercanía con nuestro país podría ser un punto a su favor, otro más es la oferta de vuelos a precios irrisorios desde la capital, y así podría seguir enumerando mucho más, pero no son las razones principales por las que me enamoré de ella.
Siempre digo que mi corazón late a ritmo de ¡India! ¡India! Pues desde Agosto del 2013 entró en conflicto, ahora late de forma arrítmica ¡India! ¡Lisboa! ¡India! ¡Lisboa! Ha conseguido desbancar a otras ciudades por las que tenía bellos sentimientos (Brujas, Estambul,Fez).

Balcones Lusitanos
¡Sí! Me enamoré, me enamoré de su apariencia triste, nostálgica, de su inconfundible huella marcada en el tiempo, de los desteñidos colores en sus fachadas, porque toda ella me incita a hacerla mía, podría ser perfectamente el lugar elegido para quitarse del medio cuando sienta que las cosas no marchan del todo bien, siempre esperando que sepa apaciguar y calmarme con su forma acompasada de hablar. Y es que ….¡Qué bien suena el portugués!.

Tienda en Alfama

Flores en La Baixa.
Me cuesta definir el porqué me siento con aires lisboetas, me encanta su aspecto descuidado y bohemio, su expresividad en las escenas cotidianas tan marcadas que no me molestan, ¿qué yo sepa tender es tender en cualquier parte del mundo?, pero aquí se convierte en bellas postales para vender en el mercadillo la ladra. Me enamoré por ser influyente y creadora de bocetos en mi mente, fotogénica, literaria, por ser el refugio de románticos quioscos que perfilan poéticos miradores, abiertos estratégicamente, como grandes ventanales al mundo.

Una de las postales que te traerás, las ropas tendidas por la ciudad.

De todo un poco.

Observando Lisboa desde uno de sus miradores.
Me enamoré de su luz, del sonido de las gaviotas en Cais das colunas, del detenerse a ver pasar al río Tajo, del desvanecer de la ciudad al caer el sol cuando es observada desde Cacilhas, de la simetría de sus azulejos, de sentirme cómoda y cercana a su gastronomía, de su aroma a canela a brasas y bacalao, no tanto con el del cilantro, aunque me podría acostumbrar, porque así es el amor ;).

Músicos amenizan a los visitantes en cais do colunas.

Con vistas a Lisboa.

Puesta de sol desde «El Ponto final» Cacilhas.

Siluetas del atardecer.

Algo de picar…ñam, ñam!!
Me enamoré de las letras de Fernando Pessoa entre postales que decoran las pequeñas tiendas, de frases de Saramago ocupando muros derruidos, que me ayudan a la reflexión sobre la vida, el amor o la amistad, de la emoción al esquivar las miradas con los desaliñados personajes con los que te chocas por la ciudad, de los melancólicos paseantes que transitan sus calles empedradas, caminantes cojos como sus viejos tranvías que recobran el aliento al llegar una cuesta abajo.

Saramago es arte urbano.

Edificio abandonado en el centro de Lisboa

Una calle cualquiera, pero con mucho encanto 🙂 .

Cientos de antiguos tranvías recorren la ciudad.
Y es que esta ciudad toma sentido cuando la comparo conmigo, constantes cambios de nivel, cómo mi razón, altamente variante, que marcan la diferencia con otras ciudades europeas, rectas, lineales, sin complicaciones, con muy poca gracia.

Pienso mas nao existo. ¿o si?
Me pregunto cuándo volveré a verte y si seguirás siendo la misma que la primera vez. I know not what tomorrow will bring. (FERNANDO PESSOA).
OTROS RELATOS DE BLOGGERS #postamigo;
Mis viajes en la bitácora.; Viajando en blanco y negro: Lisboa.
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Totalmente de acuerdo.
Yo también me identifico mucho con Lisboa, tan nostálgica y soñadora.
Qué bonita entrada, ojalá podamos volver pronto!
¡Volveremos!estoy seguro de ello, Iciar. ¡Querer es poder!
Enhorabuena por la entrada, es espectacular, además como lusófono me llena de orgullo que alguien diga esas cosas sobre el português y hable así de Lisboa, no sé si has tenido la oportunidad de visitar Oporto pero creo que te robará el corazón leyendo tu texto porque la decadencia, la nostalgia, el ambiente marinero y esa ropa tendida que es un arte en Portugal lse lleva a su máximo esplendor en la ciudad portuguesa.
COmo se suele decir, Lisboa se luce, Oporto Trabaja, Coimbra estudia y en Fátima se reza. (ahora no sé si es Fátima o Braga) :D.
Saramago fue un grande, pero Fernando Pessoa siempre tendrá un hueco en aquellos que nos gusta leer, no sé si pudiste ver la estatua que tiene en el café Brasil .
Como te he comentado por FB este Lunes publico sobre el amor a las ciudades, espero que te guste!
Saludos,
Jesús
Vero4travel
Jesús, sí, he tenido la suerte de visitar Oporto, otra ciudad de las bellas, bellas, pero debe ser que las
experiencias y sensaciones que viví allí no se parecen nada a las de Lisboa, supongo que cuando llega el amor llega así, sin esperarlo.
Me encanta que te gusté y pasaré el Lunes a ver que me cuentas sobre el amor a las ciudades.
Un Abrazotee grande para un tipo grande como tú ;).
Espero que tu amor no sea celoso, porque ya somos 2 y seguro que muchos más enamorados de esta ciudad. La nostalgia que emanar de las calles de La Alfama es única.
Por cierto, muy TOP las dos fotos del atardecer 🙂
Un abrazo!
Iru
BoardingPost
Me encanta que te guste Lisboa, pero Lisboa es mía, solamente mía =P.
Tengo que darte las gracias porque eres el único que se atreve a echar algún piropo a mis fotos, bueno, tú y mi familia, pero ellos no cuentan.
Te mando un abrazo hasta Galway.
Las imágenes son muy bellas. Logras trasmitir tus emociones con tus palabras.