La intención de este viaje era cerrar un ciclo en mi vida, al igual que lo abrí en la isla, pero no sé o creo que sea posible, ya que no viajaré sola hasta allí, que hubiese sido lo ideal.

Hace años visite la isla en solitario, un viaje que me ayudo a estar más segura de mi misma, a entender que no hace falta estar siempre acompañada para disfrutar de una bonita puesta de sol, un buen menú en un restaurante en la playa, o una siesta en una cala colocada ahí, para ti, para que te cargues de energía.

Estar en la isla sola con el sonido del mar mezclado con la música Chill Out de fondo, hace que fluyan tus ideas, por lo menos las mías, hace que te sientas plena a pesar de que tu corazón este triste, es lo que tiene viajar en temporada baja, que nadie ni nada te distrae. Me dio la opción de mantener una bella conversación con un desconocido, que no tenía prisa, ni a quién servir la siguiente cerveza 😉, así que te dedica todo su tiempo, hasta llega hacer una selección de música en exclusiva para ti (incluida la repetición de la canción de grillos… Jajaja) . No te queda más remedio que abrir tu corazón sin temores, sonreír, sin avergonzarte, enseñarle a ser más fuerte, aprender que no siempre los más cercano está dispuesto a escuchar o comprenderte.

Me dió la oportunidad de escuchar lo que necesitaba, justo en ese preciso momento que lo necesitaba, bonitas palabras de una amistad con un prometedor futuro, que se pierde en el tiempo y la distancia. ; «Mira hacia adelante, lo ves, ¿no es bello lo que ves? » » la vida esta llena de cosas así, cada día las tenemos delante, basta con no querer renunciar a ellas y las volverás encontrar», gracias Laura por las largas charlas a la luz de la luna y por los bailes en aquel local «de moda» …Jajaja El de las Mahous a 1€. 😄

O viajar en bus charlando con una extravagante hippy que no tendría ni los 20 años, que te demuestra que la vida es riesgo, el riesgo te mantiene viva, que hay miles de aventuras, cosas que hacer y no todas ellas no te las da el trabajo o el dinero, más bien es disponer de tiempo y ganas de comerte el mundo . Se que si le hubiera ofrecido la cama que sobraba en mi habitación doble esa noche la hubiera aceptado, o no ¿Quién sabe? A lo mejor hubiera preferido ir al piso que tenían ocupado unos «recientes colegas», si ella me lo hubiera ofrecido a mí, creo que aquel día hubiera dicho que sí, o no ¿Quién sabe?

Como fijé en el anterior post, este año ha sido un año extraño, un año muy revuelto, debo confesarlo, un año muy sensorial, he vivido miles de sentimientos cruzados, de decepciones, de ofrendas de amistad que se esfuman en segundos, pero todo ello lo he vivido en solitario, en silencio, al igual aquel año antes de partir a Ibiza, en esta ocasión poca gente se ha dado cuenta, si lo han hecho no se han atrevido a preguntar ¿Qué te pasa? ¿Necesitas algo? ¿Salimos a pasear? ¿Necesitas llorar? ¡Pues llora aquí, junto a mí!, pero los que si se dieron cuenta, gracias por estar ahí. En la otra ocasión fue distinto,o  no querían o preferían no saberlo…. ¡Madre mía! Lo que le cuesta al ser humano pedir ¡socorro!. 

Me toca recorrerla de nuevo, ahora en coche, en compañía y señores ¡qué compañia! ¡Mi hija!, junto con esa nueva vida que comenzó allí, esa, la que intentó mantener desde aquel día del 2006, desde hace días se que puedo cerrar un ciclo de mi vida, ese que me llevo hacia ti y me siento feliz.

Tengo ganas de reencontrarme contigo Ibiza, en mi vida tienes mucho más significado del que te imaginas.

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